Una pardela en MADRID

Y se perdió la lluvia… Persiguiendo gaviotas, acosando a las olas… Se perdieron las nubes tras estrellas ociosas. Confundiose el clima. Convirtiose en calima. Y se perdió la lluvia… En los caminos de plata, donde acaban los besos de un perdido pirata. Se confundieron las aguas. Y los besos fueron salados. Se secarán Rosaledas. Los verdes azulados, los blancos plateados. Las dulzuras, las esperas. Se escondía la luna, con su sonrisa de locura. Retozaba una nube, Olvidándose de su tierra enamorada. Y se ahogaba el rencor en una nube de desamor. Se olvidó la lluvia de mojar las almas De la sed y de las ganas. Se olvidaron los besos. Los sueños y las flores se secaron. Se olvidó la lluvia de los besos que nos condenaron.    

  Soñé con un mar de olivos, surcado por islas áridas de desencanto… Soñé con los nombres de mis olvidos, en plenilunios de llantos. Busqué certezas navegando en  los corales de tierra seca. La brisa ocre atraganto mi espanto. Agua turbia en una tormenta hueca. Barcos llenos de sueños y quebranto. No encuentro el sol… No huele a mar… Solo encuentro  tierra seca que  grita: “MAR HE DE SER, QUE MAR YA SERÉ”  En los mares del olvido…donde el dolor es llovido. Y hago filigranas dibujando vuelos de aves que se han quedado sin nido… Donde se ampara la tristeza… Donde la vida es impureza… Viven los sueños de los nombres de mis olvidos…

Despertarme… Allí donde viven los sueños. Seré el juez de las noches de tormenta, mota de polvo al trasluz de tu corazón. Viviré en las canciones que se susurran y que nunca se cantan. Viento que refresca las noches de verano. Rayo de sol en tu invierno, de todos los inviernos. Despertaré allí donde viven los sueños. En la eterna luz que centellea los amarillos tenues del alma. Oración de desesperanza…del ave que no puede volar. Pies desnudos que pisan tierra seca. En cada batalla prometo estar… En cada mañana besarte… En todos los minutos, en los eternos días. Entregarme al ritmo pausado del verbo amar …

Se DUERME en óbito de frío, al doblar cualquier esquina. Se viste de verde cuando renace el día, tras   el primer rayo de luz… Y se imagina plazas llenas de niños. Mira hacia el cielo buscando estrellas dormidas. Son cuatro gatos rondando a la luna… Besos muertos que se dan las estatuas. Noches, tardes, mañanas de almas vacuas. Vive en cualquier sitio fría, estática, dogmática… Está en luces que brillan, en luces que se apagan. Soledad es una isla enmarañada… Es vida y es mirada cuando ya nada extrañas… Rocío a mediodía y siroco de madrugada. Ella renace en un corazón que se apaga… Y lentamente de ti se va empapando… De tu esencia impregnando…

Rarezas… La muerte y la vida se miran confundidos, extraños. Hay besos que saben a venenos baratos. Hay prisas que estropean los momentos, los ratos… El silencio cura el ruido con los años.                 ------------------------ Se me emborrachan las noches con el sabor de la sal. Añejos recuerdos, canciones de saldo. Mirada imperfecta traslucida y letal. Incomodos besos de matiz desangelado.                 -------------------------------- La impaciencia madura en un árbol sin hojas. Y mueren abrazos en el tedio de las horas. LA FELICIDAD viaja a velocidad luz, barata y desquiciada. Y en un vaso de alcohol se ahogó vestida de fiesta un hada.               --------------------------------- La muerte y la vida cru...

Grano de tierra… Grano de tierra…solitario grano que espera. Buscando el sol en las huellas de una acera. Grano de tierra que el viento agita Bajo la tierra que de dolor grita. Viento lunar difuminado en luces de neón. Bacanal de vino peleón… Grano de tierra inmóvil… Imposible molécula cruel y vil. Una lluvia que no moja. Aridez de besos de seca esponja. Desatino poético… Impertérrito grano inmóvil y patético. Grano de tierra en campos imposibles. Muerto en plásticas flores. Grano de tierra creo que soy. Tierra yerta… Brisa incierta… Respirando las últimas huellas. Allá donde muere el sol… Tras la última acera. En una incierta quimera… Grano de tierra…    

Despertar, abrir los ojos, y encontrarse con los tuyos, cerrados, esperando durmientes…profundos. Respirar tu fragancia, la esencia de tu cuerpo, sin ambages, llenando de gritos sordos los detalles nocturnos. Tocar, con manos torpes, en la penumbra tu piel. Rozar tu rostro, la orografía de tu tez… Saborear el aire respirado, exhalación de vida, resuello divino, agonía terrestre de un pez… Oír en silencio las balbuceantes palabras de tus sueños debidos. Sentir la vida a tu lado. Los momentos… Los lloros…con y sin agravios. Los lamentos… Los desafíos… Los sentidos callados pero vivos. El color que los años van dibujando. El paisaje infinito lleno de besos que debo, y los abrazos que no abarco. Las despedidas. Las bienvenidas. Los días inocentes. Las pausas impacientes… La vida…tu vida…mi vida. Los días que aún no han nacido, Los vientos que no son tormenta… Las lluvias como torrentes.

Paredes vacías pintadas de grises… Miles de partículas tristes vuelan en imperceptibles motas de inapreciable olor… Todo se confunde tenue y brumoso tras una mirada de amor… Lazos escondidos, ocultos en piel sedosa. En silencio…escuchas el alma hueca, la huella profunda que hace la vida pequeña y curiosa. Besos lejanos… Ojos en la oscuridad que pesan tu alma. Besos humanos… Caricias divinas… Allí vuela la melancolía y te ahoga el aire que neutro se viste. Miran ojos oscuros a la luz del día… Suave es la música que aún me guía. Tormenta de inconexos versos en esta incolora melodía. En esta dulce agonía…