Una pardela en MADRID

Evoco en silencio los paisajes infantes El sabor del mar, las noches estrelladas Las azules noches después del crepúsculo naranja Albas eternas en un paisaje gigante derramado en espumas plateadas El olor a tierra mojada bañada de sal  El fuego de un volcán que nace La tierra me llama, la tierra reclama su parte de deuda Mi pena se desangra en alegría de colores infinitos Antepasados valientes, valientes las lanzas La pena de una época amarga, el triste desconsuelo de una tierra esclava El triste silencio de los niños que derraman lágrimas entre tristes lavas Levántate tierra amada…levanta tu vuelo…levanta tu alma Alza tu voz escondida en el alisio de tu alma… Tierra amada, tierra esperada…     A MI ISLA DE LA PALMA….

   Cualquier mañana de Abril Cualquier mañana llegarás en silencio, cautiva de tu aroma Llegarás como llega el marinero a su puerto. Como llega un pájaro a su nido, batiendo alas, bombeando un pequeño corazón Llegarás como un recién nacido, sorprendido y extraño. Vendrás cualquier mañana, rompiendo el silencio del sueño. Sin aviso, en silencio, brillante, henchida de amores, alegre y cálida. Cuando menos lo espere, primavera, como todos los años llegarás… Romperás mi alma otoñal, estremecerás mis huesos gastados  Vendrás con mil notas sonoras, mil trinos en sinfonías repetidas  Mil flores traerás, mil amores despertaras, miles de sonrisas escondidas y tímidas Miles de lágrimas melancólicas…miles de suspiros ocultados... Volverás a sorprenderme una vez más…volverás cualquier mañana de Abril…