MAR, PADRE MAR...
MAR, PADRE MAR... Arañan las blancas espumas los corazones libres. Cabalgan en tu cuerpo alas plateadas. Haciendo de tus ausencias necesidades. En cada gramo de arena esta la historia de tus hijos. El desencanto ausente de tu aroma... La sangre que brota en tus tormentas. Hijos del desaliento…en mesetas áridas. Haciendo caminos de lágrimas de tus recuerdos. En aromas lejanos vivimos perdidos tus hijos. En tu alma fondean todos los sueños valientes Vuelan sobre ti las aves soberbias y libres. ¡Mar, padre mar! En cada morriña de ti, mi corazón busca semejanzas ¡Mar, padre mar! Sigo necesitando tu última luz, tu primer beso matutino. Tus olas pequeñas, tus grandes tormentas. Y la primera sonrisa...que regalas cada dia al niño que aún soy ¡Mar, padre mar!