Una pardela en MADRID

La mañana con la tarde confundía La oscura noche con el día Tristeza y alegría Energía y apatía  Confundí los mares con los soles  Lo hermoso con lo desecho Lo muerte  y la vida La rima sin verso  El amor con el odio  El final con el principio  Lo sencillo con lo obvio  La sed y el alivio Todo lo que confundes  Todo lo que admiras  Todo se va quedando en la nada  Se queda en las miradas    Todo se queda en los versos de un pobre poeta En las palabras mal rimadas  En las flores que se marchitan  Y en las tristes miradas  En los gritos y llamadas Cuando hablas sin palabras  Y va quedando un recuerdo  Un recuerdo a palabras saladas  A miradas nunca encontradas   A música sin recuerdos  Y un “te quiero”  Escrito en lágrimas desmaquilladas

En vano un recuerdo En alto la primera lágrima En silencio una sonrisa   No pido un momento No miro el silencio No imagino tus ojos Deseo tu esencia Deseo días incontables Deseo lunas a tu lado Besos en la mañana Besos incontrolables Besos encontrados Imposible la tristeza Imposible la frialdad Imposible la pereza Delicada la belleza Delicada Tu fragancia Delicada sutileza Mujer que amas Mujer que reclamas Mujer de batallas Se me rompe el corazón Se me rompe el alma Se me rompe la vida Cuando no te amo Cuando no te amo Cuando no te amo

Me golpea la marea de la vida. Asimilo como mío el dolor ajeno Insoportables monstruos sacuden irascibles Las hojas de la madurez ya no pesan Las imágenes del dolor, se hacen ovillos en el alma  Mi mente, neurótica ya, asimila las penas… Ya no tengo capacidad para odiar No me enveneno No contradijo a mis ojos La prisa me relaja Ya no odio Ya ni siquiera lloro La presión se hace compresión  Negro carbón del porvenir No respiro...solo miro  Me ahoga el triste detalle de morir  Se sacrifica la belleza  por el dolor Los crepúsculos grises, se cuentan como arena Las mañanas…solo son un momento Los días están ávidos de sangre Respiro el olor del dolor  Incongruente mundo de bestias  Maldito mundo de envidias Mundo de dioses crueles Nada tiene valor Nadie tiene el valor  Todo se trama en un pequeño corazón No vuelan almas  No retornan besos Los abrazos murieron en el último atardecer Las flores ya no crecen  Must...

Dormías, se te adivinaba una sonrisa entre cálida y sorprendida Admiraba tu pelo desatado en rizos escondidos Fluía en ti la paz que yo no aprendía Me sentía afortunado, aunque todo me parecían gigantes dormidos La PAZ del momento sucumbía, mientras rebotaba la belleza en las paredes El silencio llenaba huecos infinitos Todo el amor, toda la PAZ, eran verdades Eran tus sueños como antiguos ritos Adivinaba en tu espalda el camino Un etéreo segundo Un mundo infinito Un recuerdo dormido Busque en silencio los días placidos Sutiles metáforas de un Morfeo despierto Vientos suaves agitando recuerdos Volaba en tu espalda un momento incierto En aquel instante se quedó toda mi esencia Donde dormía tu presencia Cuando todo era silencio Donde nada tenía precio  Volaba mi alma escondida en tus rizos infinitos….Volaba, volaba…

Te escondes tras el muro de la timidez Sonrosadas las mejillas, sonrisa a medias Tu mundo se hace ingravidez Leve pensamiento, sin tragedias Metáfora galopante. Caballos rampantes Vuela tu mente a un mundo cambiante Sueñas con caballeros andantes Reinos lejanos, con príncipe galante Quince, dieciséis…años soñantes Alegres tiempos menguantes Melodías florales…algodón en nubes Secretos guardados en añejos papeles Belleza, belleza por partes Belleza en tu pelo...sin malas artes Belleza en tu cara…sin malas artes Belleza en tu cuerpo…sin malas artes Sonrisa de plata Sonrisa de pastel de nata… Como luna de gata.. Como flor timorata Pastel de nata…