A pesar de todo, Navidad.
A pesar de todo, Navidad.
Ya llevo
unas cuantas vividas. Las navidades son fiestas de risas, comilonas, familia,
pero son ante todo las fiestas de la melancolía. Melancolía por lo que no fue y
pudo ser, melancolía por los años que pasan y que no vuelven, melancolía de
aquellos a los que ya no volveremos a ver. Los años y la vida pasan sin remedio
y cada vez, y más estos años. El ahogo y la pena son notas normales en estas
fechas. Pena de aquellos que no tendrán nada que llevarse a la boca en estas
fechas, ahogo por un futuro lleno de dudas que alguien se ha encargado de
oscurecer.
Pero
inexorablemente la navidad cada año llega y no tiene remedio, así que, propongo
de una vez por todas y aunque parezca tópico, que disfrutemos de nuestros seres
queridos, de nuestras tradiciones, de nuestro país, de nuestros rincones, de
los amigos, de la familia, la cercana y la lejana. De una manera u otra las
fiestas sean del estilo que sean son eso disfrute y felicidad. No dejemos por
un momento que nadie, absolutamente nadie, nos estropee lo único
que nos queda, esos ratos de felicidad serena en los que alguna vez se
nos humedecen los ojos de emoción.
Así que, lo
único que me queda, es animar a todo el mundo, sea como sea, crea o no crea, a
que en estas fiestas disfrute a pesar de todo. Sólo me queda animar a aquellos
que están pasándolo mal por algún motivo, bien
sea laboral, bien sea económico, para que estas fiestas sean un punto de
partida hacia un futuro mejor. Sé que no consolaré a muchos pero me gustaría
que este fuera el principio del fin de toda esa pena y todo este ahogo que
llevamos dentro así que una vez mas y sin ningún motivo, ni político ni
religioso, feliz Navidad…
Juan
Salvador Pérez Hernández.
Comentarios
Publicar un comentario