Una pardela en MADRID

Manos… Aquellos días donde contemplaba tus manos heridas por el tiempo Rotas manos de esfuerzos, rotos esfuerzos de la vida, rotas horas, rotos días. Necesitaba tus caricias pero nunca te atrevías. Tenías miedo a contagiarme con tus heridas, las heridas de la vida. Aquellos días donde contemplaba tus manos que me protegían. Siempre desentrañaba de ti una sonrisa en silencio cuando el tiempo se detenía y hacías felices aquellos instantes en los que te contemplaba. Nunca me reprochaste nada, nunca me pediste  nada. Simplemente te bastaba con saber que tus manos ensangrentadas, endurecidas y gastadas eran para mí un misterio, el único misterio del que nunca supe nada, sin reproches, sin palabras solo tus manos gastadas, solo tú y tus pocas palabras en manos ensangrentadas.

AMBICIONO…. Ambiciono un momento, un instante contigo Repruebo el daño que te pude hacer, no merezco una suplica No busco el reproche más bien una luz en la noche Un lamento de horas pasadas por el filtro de la vida No quiero perdón solo un momento a solas. Momentos de vidas hechas con olas Olas de recuerdos y besos, abrazos rotos y encontradas palabras. Pasiones, palabras y horas No quiero sentir el peso de mis años juntándose en tus manos Prefiero el leve sonido de tu alma, pequeña hermosa y frágil. Como una caracola encendida con arenas incrustadas. Con matices de colores, con fuegos lejanos Como un  volcán que espera llamaradas en tus labios Como espuma  que acaricia tus mares lejanos y olvidados….

VUELTA A LA RUTINA… Hasta ayer, día de Reyes, todavía algunos vivíamos embelesados en las luces navideñas, en los parabienes familiares y en los deseos de un nuevo año venturoso y afortunado. Pero estas fiestas este año han sido un poco más tristes, más oscuras, yo diría que el espíritu de fraternidad a base de malos augurios y fatalidades varias se disipo. La tan traída, y traicionera, palabra “CRISIS” aún retumba en nuestros oídos y lo que es peor en nuestras conciencias. Son aquellos en los que, con razón o sin ella, depositamos la confianza con nuestros votos y elegimos para que gestionaran nuestro bien común los que se han encargado continuamente de recordarnos la dichosa palabra. Creo que ya es hora de que empecemos a cambiar el “chip”. Seria más positivo y seguramente más productivo dejar atrás este ambiente negativo y empezar a mirar un poco más allá que nuestros políticos. Estos políticos a los que claramente, y ellos lo saben, se les acabaron los privilegios, las prebe...