SIN MUSA, SIN NÁYADE, NI SIRENA..
Sin Musa, sin Náyade y sin Sirena…
Hoy decidí escribir un poema sin Musa, sin Náyade, ni sirena. Solo deje llevar
la imaginación más allá de la extenuación, sin la necesaria pasión.
Descubrí que las cosas que se hacen con el corazón se hacen mejor, y que no hay peor vocación que no mover la pasión.
Y si enferma mi inspiración puede la vida, la circunstancia, o la natura, devolverme la obsesión.
La necesidad de expresar con la sencillez de un niño todo lo interior. Lo que lloran mis ojos, lo que mis labios susurran y lo que mis oídos acogen con dulzura.
El mar, la brisa, las canciones, el amor, los amigos…
Todo está expuesto al olvido. Pero si te llamo, ¡MUSA!, todo se hace con la necesaria ternura para llenar la vida de un poco de insana cordura.
Con un poco de dosis justa de vieja hermosura…y sin MUSA, SIN NÁYADE, Y SIN SIRENA
también hay belleza y alma plena…y algún que otro poema.
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