AQUÍ...
Aquí…
Aquí no rugue el viento, solo viento es viento.
Pájaros metálicos sobrevuelan cabezas todos los días.
Y libélulas azules aletean invisibles alas.
Aquí caminamos senderos como hormigas y volamos a lomos del tiempo.
No hay segundos…
No hay horas…
No se oye el silencio…
El dolor se mezcla con la prisa y el amor se atisba de vez en cuando.
Aquí la lluvia huele a química obrera.
Mezclamos las miradas con el suelo buscando un horizonte escondido.
Los besos, los besos, se dan de dos en dos en callejones sin luz.
Y la vida asoma a través de un rayo de sol que dibuja un tragaluz.
El olvido viaja en la Luna de un cielo gris.
Las estrellas se dejan ver en leve desliz.
Los colores se confunden en tiendas de paraguas y sombreros.
La vida y la muerte hace tiempo que se enamoraron y se despiden todos los días a unos pocos metros.
Las distancias son versos los Viernes, lamentaciones los Lunes…
Aquí donde vivo la felicidad es una dama que cabalga en caballos de colores todas las mañanas.
En las macetas nacen flores de plástico.
La vida va deprisa…
Y la melancolía casi siempre es poesía.
Aquí donde vivo soy feliz a ratos.
Otras veces pacto conmigo mismo no vivir con prisa.
Procuro de vez en cuando a la vida robar una sonrisa.
Y de vez en cuando miro al cielo buscando en su azul el consuelo…
Aquí…la felicidad es levantar los ojos y descubrir los tímidos colores.
Es seguir buscando de plástico las flores.
Esperar ver el mar reflejado en un espejo…
Y no pisar arena sino hielo…
Aquí…
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