Un cuento de la India...
La cigüeña cruel y el cangrejo listo
En un espeso bosque había un pequeño estanque lleno de
truchas. Como la estación era muy calurosa y el río que vertía sus aguas en el
estanque muy poco caudaloso, pronto los peces se encontrarón con que el lugar
les resultaba bastante incómodo.
Una blanca cigüeña que les estaba observando se dijo:
- Es necesario que encuentre la manera de engordar a
esos peces y convertirlos en mi comida.
Mientras buscaba la solución el problema, acercóse al
estanque y se sentó a su orilla.
Al cabo de un rato, los peces, extrañados de verla
allí, le preguntaron en qué pensaba.
- En vosotros -contestó el ave.
- ¿De veras? ¿Y qué es lo que piensas?
- Pues me decía que en este estanque hay muy poca agua
y por lo tanto muy poca comida, por lo cual muchos de vosotros no tendréis
apenas qué llevaros a la boca.
- Eso que dices es verdad -contestó un viejo barbo.-
Pero ¿qué solución puede haber a un problema semejante?
- Hay una solución muy sencilla. Si queréis os llevaré
a un estanque que hay cerca de aquí. Es un estanque muy profundo y está lleno
de flores de loto. Puedo cogeros uno por uno, con el pico, y trasladaros a ese
lugar.
- No estaría mal si fuese verdad, pero las cigüeñas
tenéis la mala costumbre de comeros a los peces, y ya comprenderéis que no vamos
a exponernos a perder la vida.
- Estáis muy equivocados; ni por un momento se me ha
ocurrido comerme a ninguno de vosotros. Si queréis, puedo llevar a uno de
vosotros a que vea el estanque tan hermoso que hay a pocos pasos de aquí. Si vuelve
con vida será señal de que no quiero causaros daño alguno.
Estas palabras convencieron algo a los peces, quienes
delegaron a uno de ellos para que hiciera el viaje en el pico de la cigüeña.
Era una trucha vieja y tuerta, que había demostrado en mil ocasiones que era
suficientemente capaz de salir por sí misma de cualquier apuro.
El ave cogió con todo cuidado a la trucha y la llevó a
que viese el magnífico estanque. Después la devolvió con sus compañeras, a las
cuales explicó que la cigüeña había dicho verdad al describir el estanque.
Los peces celebraron consejo y al fin decidieron
trasladarse al otro estanque, y así se lo comunicaron a la cigüeña, quien
emprendió el primer viaje con la trucha tuerta.
Al llegar junto al estanque, en vez de tirar la trucha
al agua, el ave la mató de un picotazo y se la comió con gran apetito, tirando
las espinas al pie de un árbol.
Cuando hubo terminado con la primera trucha, regresó
al estanque diciendo:
- Ya he trasladado al primer pez, ahora trasladaré al
segundo.
Y como había hecho con el primero, hizo con las demás
truchas y barbos que fueron lo bastante tontos para dejarse engañar por ella.
Sin embargo, aún quedaba un cangrejo muy viejo, y al
verle, la cigüeña se dijo que debería estar muy sabroso, tanta era su gordura.
- ¿No quieres reunirte con tus amigos, buen cangrejo?
-preguntó con voz dulce la cigüeña.
- Ya quisiera, pero no veo la forma en que me podrás
llevar.
- Te sostendré con el pico.
- No podrías, y quizá cayese por el camino.
- No tengas miedo -insistió el ave.- Te aseguro que te
sostendré lo mejor que pueda.
El cangrejo reflexionó unos instantes.
- Esa cigüeña es incapaz de coger un pez con el pico y
soltarlo en un estanque -se dijo.- Si me trasladase a otro sitio mejor, sería
maravilloso, pero si fuera a parar a su estómago me causaría un profundo
disgusto. Seguiré reflexionando.
Pasaron unos minutos, y la cigüeña empezó a
impacientarse. Por fin el cangrejo asomó la cabeza fuera del agua y dijo:
- Bien, señora cigüeña, estoy dispuesto a que me
trasladéis al estanque ese de que me habéis hablado. Sin embargo, utilizando el
sistema que habéis empleado con los demás peces no conseguiríamos nada. Se me
ha ocurrido un medio mejor. Con mis tenazas me agarraré a vuestro cuello y así,
cuando lleguemos al estanque no tendré que hacer más que soltarme y caer al
agua.
- Perfectamente -asintió la cigüeña. Y bajando la
cabeza dejó que el cangrejo se le cogiese al cuello con sus fuertes tenazas.
Al llegar junto al estanque de los lotos, el cangrejo
vio que la cigüeña no se dirigía hacia el agua, sino hacia el árbol junto al
cual había devorado a los demás peces.
- ¡Eh, amiga! -llamó el cangrejo.- El estanque está en
otro sitio. ¿Dónde me lleváis?
- ¿Por quién me habías tomado? -replicó furiosa la
cigüeña.- ¿Crees acaso que soy tu esclava? Si te he traído aquí ha sido para
comerte, lo mismo que he hecho con tus demás compañeros. Al pie de ese árbol
tienes sus restos.
- Si mis compañeros fueron lo bastante tontos para
dejarse devorar por vos, yo no lo soy. Al contrario, quien va a perecer sois
vos, amiga cigüeña. Sin duda no os habéis dado cuenta de que estás en mi poder,
y que sí bien yo moriré, vos seréis destruido antes que yo.
Y al decir esto apretó sus tenazas alrededor del
cuello del ave.
Este sintió que le faltaba la respiración y gruesas
lágrimas brotaron de sus ojos. Vio la muerte muy cerca y como amaba la vida,
tartamudeó:
- Os juro que no quería comeros, señor cangrejo. No me
apretéis más el cuello y os prometo llevaros al estanque. ¡Os doy mi palabra de
honor!
- Bien -asintió el cangrejo.- Si es así llévame al
estanque de los lotos.
La cigüeña obedeció presurosa y depositó el cangrejo a
la orilla del estanque. Pero el cangrejo, que había sido muy buen amigo de las
truchas y los barbos del estanque, decidió vengarlos, y antes de que la cigüeña
pudiera retirarse cerró con fuerza sus tenazas y le cortó la cabeza, que cayó
dentro del agua.
Al ver esto, el genio que habitaba el sauce, junto al
cual la cigüeña había devorado a las truchas, agitó sus hojas y murmuró al viento:
- El malvado nunca prospera en el ejercicio del mal y
tarde o temprano acaba como la cigüeña, que se dejó engañar por el cangrejo.
"Precioso anónimo hindú con moraleja final. En estos tiempos en los que parece que el mal es un arte, me reconforta encontrar estos viejos cuentos. Desde el origen de los tiempos el hombre ha sido un lobo para el hombre. Pero nunca la maldad vencerá."
me..parece..que..no...tu..crees..estoy..de acuerdo..con..algun tipo de castigo con moraleja..pero ojo por ojo no .Si no donde iriamos a parar NO SE TERMINARIAN LAS GUERRAS TU ME LO HICISTE AHORA TE LO HAGO..NO...GRACIAS..tu me hiciste esto ahora te lo hago yo...no..ya tu vezzz ...que sufran penas para que sientan el dolor ajeno que intentaron infligir...o infligieron..castigos y pesares por el mal que intentan hacer o hicieron..pero que les venga..yo infligirlo y convertirme en ellos no....no..tedigo..que..por.el ser mas querido no cometeria un acto de locura..por lo que le hubiesen hecho pero..por que me intenten infligir un mal no voy a contestarles con la misma moneda ...eso seria...el perro que se muerde la cola...
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