SER FELICES… A VECES
Ser feliz a veces es un simple gesto de complacencia de uno mismo hacia los demás y viceversa. Sentir el leve roce del viento en tu piel, una puesta de sol, una noche de estrellas, suele ser suficiente para hacerte feliz. Pero lo que de verdad hace feliz son las personas que forman parte de mi vida, con sus defectos y sus virtudes. Las personas están por encima de todo, pero últimamente no se valora al ser humano como se debe. La sociedad actual no perdona a las personas, las pone precio y las fiscaliza. El actual panorama es desolador y un sin sentido. Para ser feliz hoy en día sólo parece que existe una fórmula, más bien un color, el del dinero.
En este nuestro país sólo hace falta poner una mañana las noticias en cualquier dial de cualquier emisora de ámbito nacional y oír las noticias. Yo las llamo las noticias del miedo. Se martillean unos a otros con ponzoñas, con patrañas y con injustificadas ansias de saber la respuesta a este miedo que padecemos. Son capaces de justificar lo injustificable, en aras de un pretendido saber más que el otro y tener la clave de la solución al problema.
El actual panorama del miedo está creado por y para unos señores que no dan la cara, que se esconden y de los cuales hace tiempo no se sabe mucho. ¿Cuántas veces en los últimos días habéis visto al director de un famoso banco, para más señas patrocinador de la Fórmula Uno? ¿A que muy poco? Por no decir nada. Estos señores nos han mentido, engañado, e infravalorado. Pero aun así hay que salvarles porque al parecer la clave de la felicidad está en ello. Vamos que sin su acogedor manto no estaríamos a salvo nadie, y mucho menos esperemos ser felices.
No se ustedes pero yo empiezo a creer que este sistema, el capitalismo, se va al carajo, se desmorona, se desploma y nos sé si para bien o para mal, pero esto no tiene vuelta de hoja. El miedo que nos están imponiendo nace de la impotencia de estos “salvapatrias”, banqueros, políticos y algún que otro “intelectualoide” disfrazado de periodista que en el fondo sólo están certificando que el capitalismo ha muerto, y no, no soy Marx ni comulgo con muchas de sus teorías pero esto no tiene vuelta atrás. Muerto el perro se acabó la rabia, pero las últimas dentelladas de un perro peligroso suelen ser letales. Estos cambios suelen ser cíclicos y el que no lo vea así y piense seguir viviendo de la misma manera que hemos vivido hasta ahora lo lleva claro. No sé, yo aun creo en las próximas generaciones. Creo que van a tener que luchar mucho para seguir adelante, aunque algunos se han empeñado en corromperles. Creo en los jóvenes. Creo que mi felicidad y la de todos pasa por tener fe en ellos. Y a mí con mis años, la felicidad sólo me la va a proporcionar la gente joven. Son ellos los que entrarán y harán el nuevo sistema, no sé si peor o mejor pero sí tengo claro una cosa, que será una era más solidaria. La gestión de las nuevas tecnologías, investigación, y el desarrollo de proyectos menos económicos y más humanos harán de nuestro mundo algo mejor. Y los demagogos, especuladores y sátrapas egoístas no tendrán cabida en la nueva era.
Yo a pesar de todo sigo creyendo en la felicidad. Sigo siendo un palmero melancólico y quizás no soy nadie diciendo todo esto sobre la felicidad, pero está en juego mi felicidad y la de los que me quieren y ya es una cuestión de esperanza y fe en un futuro sin tanta economía y con más poesía y más literatura. El alma la llena las cosas sencillas y el dinero es algo muy complicado. Buscar en las cosas pequeñas la felicidad que creo que ahí existe un poco de ella.
Juan Salvador Pérez Hernández.
“La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar”. (Chalmers, Thomas).
la felicidad es muy relativa ,y tenemos que conseguir que nada ni nadie nos la robe ,pues es lo unico que ni se compra ni se pude vender y a veces te la roban ,, pero somos felices a ratos , cuando esos ratos son compartidos con las personas queridas ,,espero que cada vez tengamos mas ratos de felicidad ,, un gran abrazo amigo , SE FELIZ,
ResponderEliminar